"...amo cierta luz y cierta sombra..." Fotografía de Luz María Sarria
Con tu olor a mar bañado y
una arena terca, soleada en la oreja,
vienes Mercader a que te miren las sombras.
Las sombras te han mirado, te huelen, te desearán,
y se baja así la luz de algunos ojos
de libro viejo entre las manos.
Tu belleza entristece, espanta,
somete, indigna.
No es la hora de la luz esta hora,
no es la sabiduría de la luz esta sabiduría,
¿qué haces metido en esta cantina, si la poesía no es carne
tostada, colonia en la superficie de tu corazón?
¿qué haces en lo que llamas infierno buscándome?
El ebrio es un fantasma cansado,
con un horario medido de alegría,
se embarca como una ballena -blanca en su frontera-
y respira con un solo chorro de agua,
no juzga, y no le pide libertad a la piedra.
No te conviene Apolodonis ser el héroe de dos caras,
y no es lo blanco frente a lo negro
y no es la sombra frente a la luz,
no es la ironía frente a tu metro desesperado de ternura...
La soledad no tiene cuerpo,
la soledad no alquila su presencia,
llévate otra, intenta el beso de Rodin
con una esclava en tu mano,
porque este mar es mi agua
y el allegro
es mi conciencia.
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Del libro "Viaje a Parca"
Propiedad intelectual de Luz María Sarria
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